Feminist revolution

SLOGAN: “La Revolució serà feminista o no serà” (Revolution will be feminist or it won’t be)

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  • Imagen:

ae82f77bc8f1ca16ce5b7d1b046c8b45wecandoit_originalAdaptación del movimiento anarquista libertario antifascista del cartel de propaganda de guerra estadounidense We Can Do It! (‘¡Podemos hacerlo!’) creado por J. Howard Miller en 1943 para Westinghouse Electric como una imagen inspiradora para levantar la moral de los trabajadores. A pesar de que el cartel fue visto muy poco durante la Segunda Guerra Mundial, posteriormente fue redescubierto a comienzos de la década de 1980 y ampliamente reproducido en muchas formas, a menudo llamado “We Can Do It!” pero también “Rosie the Riveter”, que es la figura emblemática de una fuerte trabajadora de la producción en el periodo de la guerra. La imagen fue utilizada para promover el feminismo y otras cuestiones políticas a partir de la década de 1980 (+ information about original poster)

  • Consigna: inspirada en “La revolución será socialista… o no será” del Che Guevara (+ information)

EXPLANATION – RELATED TEXT:

Sin el liderazgo decisivo de la mujer trabajadora, sin una política y un programa feminista consistente, no podemos sembrar los cimientos del verdadera revolución. Así que parafraseando al Ché, se plantea la consigna: “la revolución será feminista… o no será”.

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El capitalismo se alimenta con el patriarcado, de tal forma que ambos desarrollan una relación de mutua conveniencia. Como género, las mujeres realizamos una serie de tareas domésticas que, aunque no entran dentro de la esfera de la producción de mercancías, le son indispensables al capitalismo. Así pues, si llegáramos a abolir el trabajo doméstico impago y la opresión de la mujer que acompaña a la familia nuclear, se caería un cimiento central del capitalismo, conspirando directamente contra la acumulación de capital y la sostenibilidad de su tasa de ganancia.

La emancipación de la mujer no es una lucha democrática más: para alcanzarla debe darse un cambio estructural que toca las relaciones sociales de producción, porque se trata de una doble lucha:

– por terminar con todo tipo de explotación, con la existencia de una clase parásita que vive del trabajo de la mayoría

– y por terminar con la opresión del género masculino sobre el género femenino, que es coadyuvante central del sistema de explotación.

En lugar de ver por separado la opresión de la explotación, hay que captar su profunda interpenetración, y en ese sentido, visibilizar que el machismo no es simplemente una cuestión cultural o ideológica abstracta, sino que se asienta materialmente en el patriarcado, que es un componente central que fortalece la dominación de clase.

Consecuentemente la emancipación de la mujer no es una mera reivindicación democrática, ni un problema estrictamente cultural, sino una condición necesaria para avanzar hacia la revolución. En resumen: sin revolución no hay feminismo que valga, pero también sin feminismo no se puede alcanzar la verdadera revolución.

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TAGS: Femism, revolution, gender equality.